El error es siempre el mismo: Te enamoràs, perdès la cabeza, perdès la identidad,
perdès tu vida, perdès tu eje. Es eso, no se puede perder el brillo.
Con el mismo dedo que te toco el timbre
puedo presionar tu herida,
Con la misma mano que te acaricio
yo puedo meterte faca,
Con la misma que digo mamá,
puedo anular tú autoestima,
Con el mismo empujón que
te ayuda a crecer,
puedo tirarte de la hamaca.
Y así lastimarte, cortarte las piernas,
llenarte de miedos, hacer que no quieras, Ganar este juego que tanto vale la pena.
Yo puedo asfixiarte, reducirte a cero,
hacer que no quieras, sacarte el sombrero,
ante este milagro que algunos llaman vida.