Pese a todos los probemas de mi vida, Me levanto con la espalda erguida Y sigo caminando en el sendero de la felicidad. Con amigos, mi familia y personas que me cuidan; Con aquellas almas que en mi viaje quieran embarcar, hasta el final. Pues nunca jamás me rendiré; Tengo fuerzas que me guían, Un corazón latente que me da alegría. Y la oportunidad de descubrir nuevos sentidos. Disfrutar de las caricias y alcanzar la calma escrita en verso. Besos que describen melodías y mueven paisajes. Nada es comparable; ni este mundo, ni este cielo. Lo que siento repara grandeza, Como las cosas bellas que a primera vista no se aprecian. Mira más allá, debajo de la piel. Hay mucho que ignoras, mucho que hoy no ves. Mariposas blancas alzan vuelo a otros parajes y se escapan de ese eden, Colorean la imágen que se aprecia en tus pupilas Y hacen ver que la magia existe; Que es como la fuerza que ata a las estrellas y mueve hasta las olas del mar. Esa fuerza pura e invisible que te absorbe y que sin duda Algo dentro tuyo hará cambiar. No me rendiré. Paso firme y letras claras, son ventajas y define la gran verdad. Alcanzar la estrella que define tu coraje Dependerá de ver más allá del tiempo antaño, De la gente que con malos actos te hizo daño. Perdonar no entiende de venganza, cosiste en olvidar, En caminar y que el pasado quede atrás. Porque el tiempo corre, se escapa, se marcha; El tiempo es sólo como ese viento que viene y que va. El viento es como el aire; el aire que mece momentos; Si no los escribes tú, nadie podrá hacerlo. Tú inicias tu historia, tu inicias el cuento. Naces tu alegría a las personas que se fueron. Una simple flor es tan compleja a nuestros ojos. En lo sencillo de la vida, aquí me escondo. Conocí mil hadas, mil historias que fueron perfectas. Todo acaba, y que al final sólo quedan las personas, ellas. Ellas son las que realmente valen, Son las que con sus palabras me alzan y hacen que no pare. Son las que me dan la llave y crean un mundo abriendo una mirada al horizonte. Si se van, sólo será para volver a verte. Debo tanto a mil personas que por ello he de seguir. Seguiré por mi camino, y lucharé poque entendí que existen personas por las que vale la pena luchar. Porque el tiempo corre, se escapa, se marcha. El tiempo es sólo como ese viento que viene y se va. El mar es demasiado grande y su grandeza seguirá. No le bajes por personas que se irán.